Las representaciones del Betlem de Tirisiti se celebran en la
ciudad de Alcoy desde hace más de cien años y son herederas, quizás casi
únicas, de una larga tradición mediterránea de teatros de títeres, en formato
pequeño y temática con elementos populares y religiosos. Este sustrato tan
particular cuaja en el marco de la industrializada sociedad alcoyana de la
mitad del siglo XIX. El belén, que reúne elementos argumentales conocidos,
añade también otros elementos heterogéneos donde se reflejan las costumbres
locales o los hechos singulares protagonizados por personajes tipificados u
otros que el público puede incluso reconocer. Es evidente que el Belén tiene
las raíces bien asentadas en la estima popular y, por ello, el nivel de
exigencia respecto a su conservación y difusión, crecen cada nueva temporada.
El público se cuenta por millares y la demanda siempre supera la oferta de las
Navidades anteriores, obligando a anticipar las representaciones hasta los
primeros días de diciembre. Respecto a la técnica, cabe destacar que los
títeres son del tipo llamado "de pie y varilla". Ello quiere decir
que los muñecos, montados sobre varillas verticales, corren por el escenario
por dentro de unas guías practicadas entre los diversos elementos escénicos.
Los manipuladores, desde abajo y al abrigo de las miradas del público, imprimen
los diversos movimientos longitudinales, transversales y oscilaciones de las
figuras, y llegan a dotarlas de una notable agilidad. Precisamente esta
manipulación característica, casi desaparecida a favor de otras como el hilo,
el guante o el teatro negro, es uno de los factores que aportan mayor interés
al belén, como lo es también la vocalización de los personajes mediante el uso
de una lengüeta metálica, el significativo bilingüismo y el papel del narrador
que estimula la participación del público. Como consideración final, haremos
hincapié en el gran valor histórico y antropológico del Betlem de Tirisiti de
Alcoy. Quizás, junto con otro pequeño espectáculo de títeres de Cádiz, sea el
acontecimiento más singular y antiguo aún vivos, de este formato, en el Estado
Español. Estamos ante unos elementos singulares del bagaje cultural colectivo.
En el caso del Tirisiti, podemos hablar de un trasplante vigoroso desde otra
época que nos acerca a la sociedad de antaño y a las generaciones que nos han
precedido.
Declarado Bien Inmaterial de
Interés Cultural por la Generalitat Valenciana. Decreto 192/2002, de 26 de
noviembre.
Alta distinción de la
Generalitat Valenciana al 'Mérito Cultural'.
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