24 mar 2009

Bando Real 1940

Vengo de Oriente hasta Alcoy
por llevaros un encargo
que, con insistencia loca
me han hecho los Reyes Magos.
A mí, cumple la misión,
que breve voy a explicaros
pues veloz parto a otros pueblos
a anunciar igual recado,
de daros a conocer
quiénes son los Soberanos
que mañana por la tarde,
con sus pajes y criados
harán su entrada en Alcoy
siguiendo un ignoto astro.
Tres años hace, que aguardan
en sus palacios lejanos
poder venir a este pueblo,
a obsequiar con sus regalos
en señal de gratitud
a los niños alcoyanos.
No pudieron llegar, pues
que tenían sojuzgado
este pueblo los marxistas
y no les daban amparo
Gracias al favor de Dios
y al genio inmortal de Franco,
España, pido salvarse
De horrible y sangriento caos.
La Victoria de las armas
de los mílites hispanos,
hace posible que lleguen
a nuestra ciudad los Magos.
Dice el telegrama urgente
anoche recibido, que  en años
no se verá en nuestro Alcoy
tanto esplendor ni boato.
Es deseo de los Reyes
repartir muchos regalos;
que no quede un niño humilde
sin saber de los halagos
que con la grey infantil
prodigan los nobles Magos.
Y ampliando el telegrama
que anoche llegó a mis manos,
os hago saber a todos
que, traen los Soberanos
centenares de juguetes
a lomos de sus caballos;
dulces finos, esquisitos,
en la Arabia elaborados;
uniformes, instrumentos,
prendas de vestir, mecanos,
fusiles, anillos, muñecas
de goma, cartón y trapo…
¡Todo lo que imaginarse pueda
vuestro cerebro exaliado
en estos días de júbilo
español, fraterno y santo,
viene sobre jorobas
de miles de dromedarios!
Mas para ello, precisa
que los niños alcoyanos
ofrezcan en recompensa
a los generosos Magos,
pruebas de amor y cariño
hasta en los menores actos.
Cuidad de ser buenos hijos,
muy atentos y aplicados,
obedientes, puntuales,
servidores y aseados;
y sobre todas las cosas,
la que más gusta a los Magos
es que los niños de Alcoy
sean españoles bravos,
dispuestos a dar su sangre
de la Patria en holocausto
como los que en las trincheras
sus vidas locos quemaron,
cuando los rojos malditos
ebrios de veneno extraño
nuestra España reducir
a cenizas intentaron.
Y que en nuestros corazones,
resuene, mientras vivamos,
el nombre del que ha sabido
con su espada rescatarnos;
primer soldado de España,
General y Caudillo: FRANCO.
Es el único deseo
que os piden los Soberanos,
que supone, el visitaros
para ofreceros gustosos
el amor de sus regalos.

No hay comentarios: